El día de los trabajadores

Como no podíamos ser menos, en Italia el primero es feriado nacional. No obstante la mayoría de los bares, restoranes, cafés y boliches están abiertos para recibir la gran cantidad de visitantes y turistas internos. Roma en particular orgniza un gran concierto, pero esta vez decidí irme a Bologna puesto que un amigo anconetano festejaba su cumpleaños.
Y así marchamos a la ciudad de las torres pendientes, que se podría apodar mejor, la ciudad roja, pues es el enclave mayoritario del pensamiento comunista italiano. También debe ser el único lugar del mundo (dejando de lado quizás Corea del Norte) donde hay “activas células terroristas comunistas”, las nefastas brigadas rojas. O por lo menos así lo decían, parece que han amenazado al obispo y cosas por el estilo. Incluso para entrar a la catedral tuve que dejar afuera la mochila.
Pero por suerte Bologna está llena de encanto, las interminables pasivas sobres las callecitas, las monumentales obras del centro de la ciudad y varios restoranes de comida.
Luego de terminar de almozar nos fuimos a los jardines de la ciudad, que es un parquecito prolijo con estanques y prados donde un montón de gente estaba jugando a la pelota y disfrutando al aire libre.
Al regresar a la estación de tren nos cruzamos con Romano Prodi que esta dando un paseo a pie, lo saludamos y devolvió el saludo muy cordialmente.
Tres horas y media después estaba tomando el metro en Termini para llegar a casa.Como ven el día del trabajo es una festividad solemne y sagrada.
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