Las Habitaciones
Corría el año 1598 cuando una gran inundación azotó Roma, arruinando muchos edificios y casas que estaban en las valles entre las colinas. En particular, el Tevere castigó severamente los cimientos de varias costrucciones cerca del Palazzo Venezia, entre ellas la modesta casa que unos "pocos locos por Cristo" habían levantado cincuenta y pocos años antes.
Guiando a este pequeño grupo estaba un hombre de cuarenta y nueve años y mediana estatura, conocido por acá como Sant'Ignazio. El próximo martes 31 se celebrarán los 501 años de su muerte y habrá una misa especial en la "Iglesia del Gesù", iglesia del 1600, empezada a costruir por el general de la companía de aquel entonces, Claudio Acquaviva.
Y a que venìa Acquaviva?... ahhh.. Si, resulta que al año siguiente a las inundaciones (si mis cálculos no fallan, 1599) decide que además de empezar la costrucción de la nueva casa de novicios sería bueno conservar el lugar donde vivió San Ignacio para las futuras generaciones.
En esta casa Ignacio dirigió la Companía, mantuvo la comunicación con la corte Papal (en ese entonces en el Palazzo Venezia, no en el Vaticano) y servía a los carenciados de la zona.
Se dice también que Ignacio escribió algo así como 8.000 cartas y a los más variados confines del globo de entonces. Esta es la sala restaurada donde se puede ver el escritorio y sobre éste la imagen de la "Madonna della Scrivania":
Conociendo más o menos Roma y la zona, es de esperar que fuera un lugar muy húmedo, caluroso en Verano y bastante gélido en invierno, si bien en Roma no hace mucho frío.
Otra cosa muy única que se ve antes de acceder a las habitaciones es el corredor, que el hno. Andrea Pozzo le dedicó a Ignacio. es una Obra que da vida al que debió haber sido un simple corredor y Pozzo se encargó de hacerlo relucir como una capilla del Vaticano. Increíbles son las técnicas de perspectivas y de sombras aplicadas, entre otros ejemplos: ventanas pintadas que parecen reales e iluminan las paredes, ángeles que sostienen columnas pintandas.
Todo esto tuvimos la gracia de conocerlo gracias a que Martín y Hugo pasaban por Roma y decidimos ir a la Iglesia del Gesù y luego pasamos casi "de casualidad"(porque las casualidades no existen) por las habitaciones. Fue así que nos cruzamos de casualidad con un hno. de la congregación, ¡que resultó ser argentino! Y nos enseñó las habitaciones pues era la casa suya.
Un agradecimiento muy especial al hno. Dura que nos acompañó a visitar las habitaciones, oramos en la capilla donde San Ignacio daba misa y luego nos invitó con café, té y dulces de la casa, nos regaló a cada uno un librito que describe el lugar.
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